Crisis y Cambios

Tal vez, todos, o la gran mayoría, ya han escuchado aquella frase "las crisis son oportunidades", sin embargo muchas veces esta frase es difícil de asimilar. Sobre todo en nuestra cultura en donde estamos acostumbrados a buscar siempre el placer y la comodidad.

Y esto no quiere decir que sentir placer y estar cómodo sea indebido, el tema no va hacia esa orientación. Sin embargo, muchas de las consultas a terapia se relacionan con problemas para afrontar los momentos difíciles que le dan un cambio a la estabilidad de la persona.

Hablando de estabilidad, a veces puede presentarse cierta idea un tanto errónea con la cual podemos pensar, que la estabilidad es algo que se consigue (y que por su misma definición) permanecerá así proporcionándonos una vida agradable.

Si de entrada pensamos que en la vida las cosas TIENEN que ser estables, tendremos obviamente dificultades para aceptar los cambios que se presentan día a día.

La vida conlleva todos los días, cierto grado de incertidumbre, las cosas así como empiezan, cambian, se acaban o evolucionan. Muchas veces este cambio o evolución es un tanto agresivo, porque exige una fuerza mayor para poder crecer.


En oriente tienen en cuenta esto con el Ying y el Yang, que no se refiere a polos opuestos y peleados, a bien o mal; sino a fuerzas, energías, movimientos, que se complementan, que se necesitan una de la otra para coexistir, como las energías positiva o negativa de un sistema eléctrico, el hecho que una sea denominada "positiva" y la otra "negativa" no quiere decir que una sea buena y la otra mala, ambas son necesarias para que nuestros aparatos funcionen.

El Ying y el Yang además, esta representado en forma de circulo, precisamente haciendo referencia a los ciclos dentro de la misma naturaleza en donde ambas energías funcionan en constantes movimientos, en constantes cambios. Si hay algo constante en esta vida, es que en cada momento vamos cambiando.

Entonces, después de esta breve reseña oriental, quizá podemos comenzar a entender el sentido de aquella frase "las crisis son oportunidades".

Todo nuestro contexto, desde el infinito universo hasta las 4 paredes de nuestra habitación, esta en constante cambio, muchas veces no nos percatamos de estos cambios porque se van dando de forma sutil, y aquellas cosas sutiles normalmente no nos causan ningún inconveniente y ni les prestamos atención. 

Es como aquella cubeta que dejamos debajo de la llave que gotea, no es sino hasta que la cubeta rebosa (a veces ni así) que vemos que es necesario cambiarla. 

Entonces, cuando uno de estos cambios se da de manera violenta, sacudiendo nuestra estabilidad, es de esperarse que nos incomode, sobre todo si no estamos conscientes de que esto algún día podría llegar a pasar. 

Las llamadas crisis (ya sean económicas, personales, existenciales, etc.) pueden dejarnos desconcertados, porque ante todo pasamos por una perdida de algo que considerábamos parte de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, si nos atrevemos a darle otra lectura a estas crisis, podemos ver que son un momento, quizá de lo más necesario, que lo que nos están diciendo es que algo ya no funciona correctamente y requiere de nuestra creatividad y esfuerzo para crecer, evolucionar o ser remplazado. Y ciertamente podemos llegar al temor, porque como toda cosa o situación nueva, no sabemos que traerá consigo, bien lo dice lo dice la voz popular "más vale malo conocido, que bueno por conocer".

Muchas veces nos atormentamos pensando en lo malo que puede ser el futuro si nos arriesgamos a algo nuevo o desconocido. Te invito a romper este pensamiento y descubrir, que la vida misma siempre nos ha exigido adaptarnos a nuevas situaciones, que si estas aquí, es porque de alguna manera has sorteado diferentes crisis, y que si tienes alguna dificultad por delante, lo más seguro es que te esté pidiendo que hagas algo diferente.

Y me adelanto diciéndote, los cambios, las crisis, cuando decidimos aceptarlos y afrontarlos, no siempre son fáciles, es probable que durante el proceso algunas cosas sean complicadas, hasta dolorosas, precisamente porque están modificando nuestro status quo, sin embargo, crecer implica estas fuerzas. Y aquí entendemos más lo que los orientales nos dicen con el Ying y el Yang, puesto que lo "positivo" y lo "negativo", lo oscuro y lo claro, no se refieren a bueno o malo, sino a fuerzas necesarias para crecer. 

El dolor, el llanto, la tristeza, el enojo, la frustración, cumplen una función en estas crisis. El caso es no quedarse estancado e inmóvil, porque de esa manera no estamos creciendo. Incluso, al cambiar nuestra visión acerca de las crisis y los cambios, estas emociones pueden presentarse con menos fuerza, porque estamos preparados para afrontar la incertidumbre como algo natural de la propia existencia.

Entonces, para finalizar, te invito nuevamente a afrontar alguna situación difícil que estés pasando, y tratar de verla como una oportunidad para mejorar algo, quizá una oportunidad para aprender, para explorar, para adquirir nuevas habilidades, para conocerte, incluso para aprovecharte de la misma crisis y para ayudar a otras personas.